“ Había una vez una araña conocida como Walekerü, que tejía fajas y mochilas bajo la luz de la luna. Una noche, una niña se le acercó para alabar su habilidad con el hilo. La araña, conmovida, se ofreció a enseñarle su tesoro más preciado: el arte de tejer. Durante varias lunas, la niña tejió sin parar hasta que alcanzó la capacidad de reproducir el arte de su maestra, la araña. Cuando la niña alcanzó la edad adulta, con su primera menstruación, la araña desapareció entre las ramas de un árbol, dejando la técnica de tejido Wayúu como herencia”
Esta es una de las leyendas, contada por las mujeres indígenas Wayúu, según la cual, la tradición del tejido proviene de Walekerü, la araña que les enseño a tejer.
En la península de la Guajira, en el norte de Colombia, en la frontera con Venezuela, se encuentra el pueblo Wayúu, el “pueblo del sol, la arena y el viento”. Los Wayúu hablan wayuunaiki y se encuentran entre los grupos indígenas más grandes de Colombia. Como nunca se encontraron con colonos españoles, la cultura Wayúu permanece en gran parte intacta. Uno de los aspectos más significativos de los Wayúu es el arte de tejer.
Un arte ancestral transmitido de madres a hijas, estrechamente relacionado con los ritos de iniciación de las niñas a la adolescencia. Con el primer ciclo menstrual, las niñas deben pasar un período de reclusión, donde comienzan a aprender el arte de tejer.
Incluso tienen un dicho popular: "Ser mujer es saber tejer".
Para las mujeres Wayúu y para su comunidad el arte de tejer es muy importante y significativo. Sus artesanías, son símbolos de creatividad, inteligencia, sabiduría y estatus. Representan su cultura, sus sentimientos y esperanzas.
Tejen chinchorros (hamacas), mochilas, esteras y sandalias. Pero son las Mochilas las creaciones más representativas, debido a la enorme popularidad alcanzada tanto nacional como internacional.
La mochila Wayúu es fácil de reconocer por sus colores vibrantes y diseños geométricos, con patrones y motivos intrincados que representan los elementos de la vida cotidiana de la tejedora, así como de su entorno natural como el universo, las flores, los animales y por supuesto su cosmovisión.
Cuanto más complejos y elaborados son los motivos, más valiosa es la pieza artesanal. Una sola bolsa Wayúu puede tardar entre veinte y treinta días en completarse dependiendo de la técnica de ganchillo que se utilice.
Las mochilas elaboradas con la técnica de una sola hebra, son las más refinadas y apreciadas. Corresponden por lo general a piezas elaborados utilizando materiales naturales como lana o algodón, y provienen de trabajos de mujeres artesanas experimentadas, quienes cuentan con mayor prestigio dentro del clan gracias a sus habilidades.
Estas piezas son reservadas para presentar en Expoartesanías, la feria de artesanos más importante de Colombia y una de las más reconocidas en el mundo.
Debido a la demanda de mochilas, la técnica de dos hebras se ha popularizado en los últimos años, así como el uso de fibras sintéticas como el hilo acrílico. Para acortar tiempos de elaboración y costes.
Este tipo de mochila, es la más comercial, se puede encontrar en La Guajira; en el Cabo de la vela, Uribia, Riohacha y Maicao. También en Santa Marta, Cartagena de Indias y otras zona turísticas del Caribe Colombiano, principalmente. Aunque en Bogotá y otras ciudades interiores es muy común encontrarlas en pequeños comercios que se dedican a la venta de artesanías colombianas, con precios que oscilan entre 50 y 70 dólares.
Desafortunadamente la popularidad ha dado paso a fabricaciones industriales, en muchos casos provienen de China, India o Rumania. Lo que causa un perjuicio a la economía de los artesanos, quienes viven de la comercialización de sus creaciones.
Este tipo de mochilas por lo general se comercializan de forma informal en las calles de la principales ciudades con precios que varían entre 20 y 50 dólares.
En Colombia, desde el año 2011 el término “Wayúu” fue declarado una Denominación de origen, con la cual se pretende proteger los derechos de propiedad intelectual y cultural de esta comunidad indígena. La titularidad de la denominación está en cabeza del Resguardo Indígena Wayúu, en La Guajira – Colombia.
Es importante exigir este sello que garantiza la autenticidad, calidad y práctica de comercio justo. No solo como forma de validación para el comprador, sino como mecanismo para garantizar oportunidades justas para las artesanas y sus familias, así como la conservación de tradiciones y el bienestar de una comunidad vulnerable.
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